Dice que se convirtió en líder porque así se lo pidió la comunidad. Alexander Casamachín asegura que la misión que le encomendaron en un resguardo indígena del norte del Cauca fue defender el derecho a la vida y a la diversidad de pensamiento.
En el Resguardo Indígena de Huellas, municipio de Caloto (norte del Cauca), la comunidad convirtió en líder social a Alexander Casamachín para que cumpla una misión.
“Nosotros defendemos el derecho a la vida, como principio fundamental de todo ser humano y el derecho al territorio como madre tierra que nos genera la vida”, asegura.
si bien la condición de líder no fue una iniciativa propia, Alexander dice haber comprendido que “la motivación de uno es la gente, es la convicción y ser líder no se nace, la gente lo hace a uno, es un empoderamiento personal e individual que emite una voz colectiva y el sueño de un pueblo”.
Defender la vida, para Alexander, también implica el respeto a la diferencia de pensamiento en un país como Colombia, en el que la diversidad es latente.
“Los nasa decimos lo que en otras concepciones se conoce como vivir bien y en ese marco uno podría decir que en el liderazgo se tiene que asumir varios riesgos, entre ellos buscar el respeto por la diversidad de pensamiento como lo plantea la Constitución; ahora que eso se enuncie y se practique hay una diferencia”, puntualiza el líder.
Pensar diferente, asegura el líder social Alexander Casamachín, no puede ser un impedimento para que las personas puedan convivir y respetar su derecho a existir.