El Gobierno de Chile tomó la decisión de desplegar a las Fuerzas Armadas para devolver el orden y la calma en su país, alterado por violentos actos vandálicos que se han multiplicado en distintos puntos del territorio y que han causado la muerte de tres personas, además de 160 heridos y unas 300 detenciones.
La militarización del país ha ido en aumento para tratar de controlar los desmanes violentos que se registran desde el pasado viernes, a propósito de la radicalización de la protesta ciudadana contra el alza del precio del metro en la ciudad de Santiago y que se convirtió en la ‘punta del iceberg’ de la molestia de los ciudadanos quienes denuncian la desigualdad y encarecimiento desbordado en Chile.
Las fuerzas de seguridad se vieron sobrepasadas por la multitud de actos vandálicos que estallaban en puntos muy diversos de la capital de Santiago, entre incendios en estaciones del metro, barricadas, e infinidad de saqueos en comercios, supermercados, bancos y hoteles.