162 militares han entregado su testimonio de manera presencial ante la JEP, otros 40 lo han hecho por escrito. En el documento cuentan los atentados que han sufrido, así como seguimientos y contactos con su familia, con la intención de intimidarlos. Se sienten inseguros, incluso estando recluidos en unidades militares. Varios testigos han sido traslados de una unidad militar a otra para intentar proteger su vida.
La Sala de Reconocimiento de la JEP, ante la gravedad de la situación de la mayoría de los comparecientes, ordenó a la Unidad de Investigación y Acusación de la JEP analizar el riesgo y optar las medidas de protección.
La Unidad de Investigación y Acusación, que funciona como la fiscalía de la JEP, procedió a todo análisis y en septiembre inicio la verificación, las entrevistas para analizar las peticiones.
Esta semana quedan implementadas las protecciones que en muchos casos pueden ser un vehículo con escoltas y cambio de domicilio para las familias, ya que, los testigos al estar detenidos sus medias de protección son más fáciles de implementar.