Con la ayuda de un helicóptero Black Hawk, se cumplió en la mañana del sábado, el trasladado de la figura ecuestre del fundador de la ciudad de Popayán, Sebastián de Belalcázar, la imagen será sometida a una restauración, luego de haber sido derribada por indígenas Misak, en un acto de resarsir la memoria de quienes fueron asesinados por el conquistador.
Tras haberse cumplido el traslado de la estatua, una delegacion de comunidades Guambianas, llegaron al Morro de Tulcán, para realizar un ritual de sanación y armonizacion del lugar, para según ellos, expulsar el espíritu del que consideran fue un genocida.
Con ayuda de médicos tradicionales, se cumplió con la ceremonia y se espera que pronto se defina la suerte del lugar para establecer que tipo de intervención deba hacerse para recuperar el legado histórico que representa la pirámide.