Comunidades negras y trabajadores de la caña de azúcar denunciaron de nuevo cómo algunos sujetos, al parecer campesinos e indígenas, atentan contra el derecho al trabajo y el medio ambiente a la hora de invadir, y destruir, las fincas ubicadas en el norte del Cauca.
En las últimas horas se conoció un vídeo, donde un trabajador denuncia cómo estos individuos, portando armas blancas, ingresaron a la hacienda San Judas, en Corinto, para después destruir el cultivo de caña y un inmenso guadual.
“Están destruyendo el sistema productivo de la región a la hora de tomarse, como dicen ellos, los predios donde se siembra la caña, no solo nos dejan sin trabajo a los trabajadores, sino a todas aquellas personas que viven indirectamente de esta actividad. Es decir, no solo es un daño a nosotros como empleado, también dejan sin fuentes de empleo a un municipio como Corinto”, expresa el trabajador
Aunque hasta el momento no se sabe qué movimiento es el responsable de esta situación, las comunidades nortecaucanas están supremamente preocupadas por la violencia por los choques entre estos “invasores” y las comunidades que se oponen a perder sus trabajos.
“Son la gente del Quintín Lame”: denuncian
Hay que recordar que el pasado fin de semana, 24 y 25 de junio, encapuchados prendieron fuego a gran parte de la vegetación de la reserva natural y bosque seco en el municipio de Caloto, afectando varias hectáreas.
“Ahora se suma la preocupación de que el fuego se siga propagando, pues los bomberos tampoco han podido desplazarse hasta la zona para sofocar las llamas, debido a múltiples amenazas”, denunciaron en su momentos varios líderes sociales de la zona.
El tejido social asentado en esta región nortecaucana conformado por campesinos, afrodescendientes e indígenas se ve amenazada por este grupo agresor, que además desde hace cerca de cinco meses se tomó parte de esta área protegida afectando fauna y flora, debido a la quema y tala indiscriminada de árboles y la explotación de carbón a cielo abierto; contaminando los afluentes de agua.
Estas acciones claramente están tipificadas como delito ambiental, según el artículo 333 del código penal, que lo califica como ecocidio, denunciaron los prepresentantes comuneros.
Los más afectados fueron los habitantes de las veredas de Caicedo, San Nicolás, Marañón y Santa Rosa, que también ya están sufriendo afectaciones de salud por la quema del bosque y que sienten intimidada su integridad y su vida por que lo no se atreven a hacer una denuncia pública por temor a represalias, pues el grupo agresor ya ha afectado varios predios con palos y piedras.
“Este incendio se dio luego de que la Policía realizara un operativo de recuperación del lugar el jueves pasado. El desalojo se hizo con el propósito de recuperar la zona afectada por este grupo y fue solicitado por los administradores de la reserva ante la inspección de Policía; como retaliación a este operativo los Quintín Lame retornaron al lugar y lo prendieron en llamas”, denunciaron.
Lo más preocupante es que hasta el momento no ha habido una intervención real y acciones concretas para frenar este crimen ambiental por parte del Gobierno Nacional ni un pronunciamiento de la Ministra de Ambiente, Susana Muhamad.
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