La violencia en las movilizaciones durante los últimos días ha dejado saldos lamentables en materia de personas heridas.
Por el lado de la Policía reportan que 333 de sus hombres han resultado lesionados luego de recibir los ataques de los vándalos, que detrás de una capucha aprovechan para sembrar el caos dentro de unas movilizaciones pacíficas.
Uno de los 333 uniformados heridos es el patrullero Walfran Enrique Narváez, de 27 años de edad, adscrito al CAI San Victorino, y quien estaba como fuerza disponible, cuando fueron atacados por vándalos en el centro de Bogotá y una de las rocas que lanzaron los encapuchados impactó la humanidad del policía.
Al trasladarlo al hospital de la institución y luego de varios exámenes los médicos determinaron que era imposible salvarle el ojo que resultó afectado. El diagnóstico fue contundente, trauma ocular.
Según la Policía, de los 333 uniformados que resultaron heridos, el 90% ya fue dado de alta, el restante presenta otras lesiones en su mayoría fractura de tibia y peroné.
Tanto el joven Cruz como el Patrullero Narváez, reflejan la magnitud de la violencia que se ha presentado en medio de las movilizaciones que en su mayoría se han destacado por ser pacíficas, pero que se ven alteradas por culpa de una minoría violenta.