Tres policías y un civil murieron en un atentado contra una estación policial en una conflictiva zona del suroeste de Colombia, en un ataque atribuido por las autoridades a disidencias de las FARC, informó el ministro de Defensa.
Las víctimas fatales del “atentado terrorista” en el municipio de Santander de Quilichao subieron de tres a cuatro, tras el fallecimiento de un civil, dijo a periodistas Carlos Holmes Trujillo, quien lideró un consejo de seguridad en el lugar.
Trujillo afirmó que siete uniformados y tres civiles resultaron lesionados, además cuatro viviendas quedaron destruidas por el ataque con un cilindro de gas cargado con explosivos, que fue condenado por el presidente Iván Duque.
Dos de los policías heridos están graves, dijo más temprano a la AFP el secretario de gobierno municipal, Jaime Asprilla.
El ataque ocurrió alrededor de las 21H00 locales del viernes (02H00 GMT del sábado) y no guarda relación con las protestas que sacuden desde el jueves el gobierno de Duque, explicó el funcionario.
“Es un atentado de grupos organizados que manejan recursos y que tienen que ver con el tema de la droga” en el convulso departamento del Cauca, del que Santander de Quilichao hace parte, agregó.
La policía atribuyó en un comunicado el ataque a disidentes de las FARC, que no se acogieron al acuerdo de paz de 2016 que desarmó al grueso de la que fue la guerrilla más poderosa de América y operan sin mando unificado.
El fiscal seccional Raúl González anunció la captura de cinco personas, entre ellas un hombre conocido como “Caín” que trabaja a modo de “contratista” para las disidencias.
Disidentes de la exguerrilla FARC, rebeldes del ELN y bandas narco de origen paramilitar se disputan el control territorial del Cauca, que tiene miles de hectáreas sembradas de narcocultivos y es una salida estratégica de droga por el Pacífico con rumbo a Estados Unidos.
Esa región, con fuerte presencia indígena y negra, ha sido epicentro reciente de asesinatos selectivos contra líderes sociales, guardias indígenas y activistas.
A finales de octubre y principios de noviembre se presentaron dos matanzas y otros asesinatos más, que dejaron un saldo de 16 asesinados, la mayoría indígenas, según la Defensoría del Pueblo.
En lo corrido del año la oficina en Colombia de la Alta Comisionada de la ONU ha documentado al menos 52 asesinatos en territorio de los indígenas nasa, en el norte de la región.
Duque respondió a la ola de violencia con el anuncio de despliegue de 2.500 militares de élite para combatir a las disidencias, señaladas entonces de los homicidios.
Duque relaciona la violencia en el Cauca con el narcotráfico y “el crecimiento exponencial” de narcocultivos de los últimos años, que alcanzaron 169.000 hectáreas en 2018, según la ONU.
Tras décadas de persecución a las drogas, Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína y Estados Unidos, su mayor consumidor.