“Usamos lo que tenemos para protegernos de esta enfermedad que está en todo el mundo. Estamos usando hojas de plátano para protegernos del virus”, explicó Julio Cusurichi, líder de la federación de comunidades nativas de la región de Madre de Dios, en la selva central peruana.
“Ya los alimentos están escaseando, no hay (dinero) para el aceite, ni para el azúcar y mucho menos para mascarillas”, agregó el dirigente telefónicamente, quien afirmó que “hasta ahora no tenemos ninguna ayuda del gobierno” ante el coronavirus.
La iniciativa de fabricar sus propios barbijos con lo que ofrece la naturaleza surgió en la comunidad El Pilar de Madre de Dios (1.000 km al este de Lima), aprovechando que en la zona abundan los bananos.
Los indígenas lavan y suavizan las hojas calentándolas en una fogata para hacer las mascarillas, que son más grandes que las quirúrgicas.
El Pilar, con unos 200 pobladores, es una de las 37 comunidades nativas en Madre de Dios, región fronteriza con Brasil y Bolivia visitada por al papa Francisco en enero del 2018.
El presidente peruano Martín Vizcarra reconoció esta semana que su gobierno no está atendiendo adecuadamente a las remotas comunidades amazónicas y andinas ante la emergencia sanitaria.
“Las comunidades nativas son ahorita –y hay que reconocerlo– un sector que no está siendo atendido como debiera, y tenemos que corregirlo en el menor tiempo posible”, afirmó Vizcarra.
“Tenemos los mismos derechos que los hombres de la ciudad”, expresó Félix Kuaquibegue, dirigente de la comunidad El Pilar.
En marzo, la ONG Amazon Watch, con sede en Estados Unidos, afirmó que los pueblos amazónicos están entre “los más vulnerables del planeta” ante la pandemia.
Cusurichi recomendó a las comunidades “resistir como resistimos al cólera (en la década de 1990) y a otras enfermedades, y a la misma minería ilegal que (ahora) nos atormenta”.
La región selvática peruana de Loreto, donde nace el río Amazonas, es la tercera con más casos de coronavirus en el país, detrás de Lima y la norteña Lambayeque.