El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, redujo a la mitad su salario y el de sus miembros de gabinete ante la crisis provocada por la pandemia de coronavirus.
Vía decreto ejecutivo se resolvió “reducir en un cincuenta por ciento la remuneración del Presidente de la República, Vicepresidente de la República, Ministros y Viceministros de Estado”, informó este sábado la secretaría de Comunicación de la Presidencia.
El documento oficial que “la baja de ingresos del Estado, producto de la crisis por COVID-19, ha producido efectos negativos en la economía del país, razón por la cual resulta imperioso reducir las remuneraciones” de las autoridades.
Ecuador enfrenta emergencias a nivel sanitario, económico y social derivadas de la pandemia, la cual en el país deja 29.071 casos de covid-19, incluidos 1.717 muertos. Las autoridades también reportan 1.912 fallecidos probables.
El sueldo del mandatario superaba los 5.000 dólares al mes frente al mínimo básico de 400 dólares para los trabajadores en general.
El vicepresidente mantenía un salario de cerca de 4.800 dólares, los ministros, de unos 4.400 y los viceministros de 4.200.
La disposición entró en vigencia desde su suscripción, el 8 de mayo de 2020.
La reducción provocará una revisión integral de las mensualidades en todo el sector estatal toda vez que la Ley de Servicio Público (Losep) contempla que ninguna persona podrá recibir una remuneración mensual mayor a la del presidente.
Ante la crisis derivada de la pandemia, en abril Moreno habló de tomar medidas, entre otras, la reducción de su salario.
El gobierno remitió al parlamento una serie de reformas que analiza el Congreso y que buscan recaudar unos 1.300 millones de dólares con aportes del 5% de las ganancias de empresas con más de un millón de dólares de utilidades y de los sueldos de los trabajadores que ganan más de 500 dólares.
En marzo, Quito también decidió reducir salarios de empleados públicos en hasta un 8%.
Esta semana las autoridades anunciaron que Ecuador recibirá 1.400 millones de dólares en créditos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial para afrontar las consecuencias económicas de la pandemia.