El mundo moderno no se había enfrentado a un escenario como el que se tiene a causa de la pandemia de covid-19, por lo que se reconoce un problema de salud pública mundial que ha puesto de relieve la afectación de esta circunstancia sobre la salud mental. Las personas experimentan sentimientos asociados tanto a la enfermedad, como a situaciones resultantes de las medidas gubernamentales implementadas para la contención y mitigación del virus.
El espectro de las manifestaciones es bastante amplio y tiene diversos niveles de intensidad en cuanto al impacto que generan en la percepción de bienestar y en la capacidad de funcionamiento de las personas, que van desde casos leves como reacciones habituales al estrés, dificultades en el manejo de emociones y/o relaciones, alteración de hábitos y comportamientos; hasta severos y de mayor complejidad como ideación y conducta suicida, episodios de pánico, depresión y ansiedad, conductas violentas o exacerbación de síntomas de trastornos preexistentes.
En respuesta a este panorama, el Ministerio de Salud y Protección Social implementó “la estrategia de teleorientación en salud mental, a través de la opción 4 de la Línea 192, dirigida a la intervención en primera instancia, con primeros auxilios psicológicos y altos estándares de calidad, a toda la población que lo necesite”, señaló Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles.