Las cifras de víctimas por siniestros en la vía van en aumento y no tenemos un plan maestro dirigido a la seguridad vial y a la prevención de este fenómeno. Se invierte más dinero en el control del tránsito y poca actividad en la prevención. Si bien es necesario el control, la norma establece que los dineros que se recaudan por multas de tránsito, deben invertirse en seguridad vial, prevención de lesiones y muertes.
Nuestra ciudad está enfrascada en el desorden, el descontrol debido a la falta de una estrategia clara y a los múltiples episodios de improvisación que se han generado desde la Secretaría de Tránsito.
No es posible que se sigan atendiendo los asuntos graves del tránsito con procedimientos rudimentarios, sin equipos tecnológicos, sin elementos de bioseguridad, o logística propia que demanda la ciudad.
También hago un llamado a la conciencia, a la cultura ciudadana, y al compromiso social, especialmente para preservar la vida y la integridad personal.
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