
Desde el santuario de Belén, el arzobispo emérito de Popayán, Monseñor Iván Antonio Marín, hizo un llamado a la solidaridad para garantizar la restauración de la piedra y los muros de los quingos, adquirir una nueva campana luego que la que estaba en la capilla fue robada y para recuperar 35 metros para las rejas que también han sido vandalizadas.
El prelado de la iglesia católica, destacó que en este santuario se encuentra el Amo de Popayán y es una de las capillas más visitadas no solamente durante la semana santa sino todos los días del año.