Nicol Carvajal está angustiada porque no tiene ninguna información de Ricardo Carvajal, su padre. Solo sabe que se lo llevaron a las 2 de la mañana con documentos y una de las dos chaquetas camufladas que tiene, una que asegura, se la regaló ella.
Nicol, de 21 años lo busca con su hermana menor desde las 7 de la mañana, hora en la que los vecinos la avisaron que su papá estaba saliendo en las noticias, y en la que su abuela le confirmó que se lo habían llevado, pues él vive con ella.
“A nosotros nos vinieron a avisar hasta las 7 de la mañana. Los vecinos nos vinieron a decir que estaba saliendo en las noticias y yo dije ‘no, es imposible’. Y estuvimos mirando y las personas empezaron a enviarnos fotos y pues sí: era el número de cédula de él, el nombre de él y la foto de él”, dice.
Según cuenta, Ricardo Carvajal trabajaría por demanda, “lo llaman para hacer algún arreglo y él va y hace el arreglo, entonces que si necesitan que le pinten algo, o le pongan una teja, él va y lo hace”. Y hace poco, dice, estuvo en un voluntariado en los bomberos y no tuvo oportunidad de trabajar y estudiar porque las empresas no le aceptaban sus horarios.
Sobre el atentado contra la Escuela de Cadetes General Santander dice que lo rechaza por completo, que si supiera que su padre es culpable lo entregaría ella misma, pero no cree que lo sea. El overol, señala, es la ropa que usa para sus trabajos, el manual del Combatiente Primera Fase cree que no es de él, y su celular nada raro tiene, que fue uno de los objetos que se llevó al Fiscalía. Este jueves en la mañana, cuando explotó el carro bomba, asegura, él estaba con ellas.
“Él vino a la casa, luego salió, compró el desayuno, volvió otra vez a la casa y estuvo en el computador, enviamos unas hojas de vida y eso y luego se fue. Lo volvimos a ver hasta las ocho de la noche”, según cuenta, se habría ido sobre las 10 de la mañana.
Ni en Paloquemao, ni en la Fiscalía ha logrado saber qué pasó con su papá, y le parece extraño, dice, porque si lo capturaron debieron permitirle una llamada y no se ha comunicado en ningún momento. Además, asegura, los abogados que ha consultado no quieren manejar su caso por la gravedad del mismo.
“No sé qué tan cierto sea, no sé si sí, si no, lo que les digo: yo llevo acá buscándolo he intentado buscarlo por todo lado pero nadie me da razón, nadie me dice nada. Se desapareció de la faz de la tierra”, dice.
La Fiscalía lo capturó porque no en una interceptación telefónica que se hizo, él habría admitido su responsabilidad en el hecho. En Paloquemao por lo pronto, se espera la audiencia de legalización de captura.