Editorial:
Se agudizó la crisis de la seguridad en municipios del norte del Cauca luego de las dos masacres y de otros asesinatos a comuneros y escoltas adscritos a la Unidad Nacional de Protección. La unidad investigativa del diario El Tiempo hizo todo un análisis de lo qué viene sucediendo en municipios como Toribio, Caloto, Corinto, Suárez, Santander de Quilichao, entre otros y se preguntó: ¿Quién está matando indígenas y degollando civiles en el Cauca? Habló de poderosos narcos, ex farc, ELN, y Sinaloa que ejecutan “plan pistola” y señala que van 127 muertos en 14 meses.
Destaca que en Toribio están amenazados, el alcalde electo Silvio Valencia Lemus y el ex candidato a la alcaldía por MAIS, Diego Yatacué. En Corinto por ejemplo le exigen a la familia del alcalde, la suma de 2 mil millones de pesos por liberar sano y salvo a su hermano que sigue secuestrado. Las amenazas en el norte del Cauca son diarias contra miembros de la guardia indígena y las autoridades ancestrales.
Durante el reciente puente festivo circuló un panfleto dándole la bienvenida en esa parte del departamento a los miembros de la columna móvil Jacobo Arenas y al mismo tiempo decretaron una especie de toque de queda al entregar las medidas de seguridad que se han adoptado por esa clase de disidencias de las FARC y que atentan contra la tranquilidad de la sociedad civil.
Por su parte, Johe Sauca, coordinador de derechos humanos del consejo regional indígena del Cauca, CRIC tiene sus consideraciones frente a las propuestas del gobierno y hace serios reparos al indicar que “la lectura que ellos tienen es que el gobierno, el Estado, se ha quedado quieto con sus instituciones para permitir que los grupos armados se enfrenten y maten entre ellos e inclusive, por qué no decirlo, entre nosotros mismos para generar un caos estructural que debilite el proceso de más de 48 años de resistencia que hemos tenido los pueblos indígenas”.
Insiste el líder indígena que los han dejado solos. Insiste que los indígenas no tienen confianza en las fuerzas militares luego de los llamados falsos positivos. Insiste Sauca que desde el CRIC se está planteando un debate con la Fuerza Pública y con el Ministerio de Defensa que permita mostrar cuál es la relación con esos grupos armados ilegales. Mientras no hay acuerdo, la situación es más compleja debido a que los indígenas son atacados por las disidencias de las FARC y otras bandas criminales. Demasiado complejo el panorama en el norte del Cauca.
Esa situación merece de todas maneras que los actores se sienten y entren a dialogar para evitar que siga el derramamiento de sangre, tal como viene ocurriendo hoy. Las nuevas autoridades elegidas el pasado 27 de Octubre pueden ser protagonistas en cada uno de sus municipios para dialogar con los indígenas y generar un clima de entendimiento con el gobierno nacional y la fuerza pública. Para reiterar que luego de las masacres han continuado los asesinatos.
Dos indígenas fueron asesinados durante el puente festivo mientras que se dieron dos atentados criminales con saldo de dos comuneros heridos y el coordinador de la guardia indígena de Toribio resultó ileso. Se suma que al parecer los grupos armados ilegales estaban recordando la muerte de Alfonso Cano que sucedió en jurisdicción del municipio de Morales Cauca un 4 de Noviembre de 2011. El norte del Cauca y ninguna región de este departamento o del país se merecen esa suerte. La verdad es que se ha escrito bastante inclusive Ana María Ruiz Perea, tituló su columna periodística “El norte del Cauca, fuera de control”.