El escabroso entramado de las interceptaciones al ‘Ñeñe’

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El mayor Yéferson Fabián Tocarruncho Parra ha sido mencionado con insistencia en los últimos días por la noticia de su detención, ordenada por la Fiscalía, que lo señala de hacer interceptaciones ilegales contra otros agentes del Estado, al parecer para espiar a los afectados por sospechas.

Esas chuzadas las habría hecho, junto al investigador Wadith Velásquez, al tiempo que interceptaban los números telefónicos del Ñeñe Hernández. Esta circunstancia le ha dado mucho más vuelo a su caso, pues algunos implicados han asegurado que, por eso, quedarían sin valor jurídico las interceptaciones al Ñeñe con base en las cuales se intenta investigar una supuesta financiación ilegal de la campaña política del actual presidente, Iván Duque.

Fuentes consultadas por Caracol Radio han dado una versión que podría aclarar en algo este intrincado caso judicial y político. Aseguran que el mayor Tocarruncho no solo estaría implicado en estos casos, sino que sus aparentes acciones delictivas en La Guajira habrían empezado hace siete años, cuando estalló el escándalo del entonces gobernador Francisco ‘Kiko’ Gómez, acusado del asesinato del concejal de Barrancas, Luis López Peralta, crimen por el que finalmente fue condenado a 55 años de cárcel.

Para iniciar la investigación contra Kiko Gómez, la Dijín encargó a Tocarruncho, en ese entonces teniente a cargo del grupo especializado contra el narcotráfico y el paramilitarismo en La Guajira.

Según las fuentes, en el desarrollo de esa investigación, Tocarruncho conoció a Iván Otero, un abogado familiar del narcotraficante Marquitos Figueroa (hoy preso en Ibagué) y él mismo con investigaciones abiertas en Estados Unidos. Según estas versiones, entre el abogado Otero y Tocarruncho (con hombres a su cargo, como Wadith Velásquez) habrían empezado un accionar delictivo consistente en extorsionar a investigados y acusados, cobrando sumas de dinero superiores a los 100 millones de pesos a cada uno, para no implicarlos en los casos o a cambio de falsos testimonios que los favorecieran ante los administradores de justicia.

Habría sido con ese ‘modus operandi‘ que abordaron a Carlos Rodriguez, prestamista conocido con el alias de ‘El Sastre’, a quien le habrían dicho que el homicidio de su hijo Óscar, había sido ordenado por ‘Marquitos Figueroa‘ y por el Ñeñe. Sería en ese momento que entran en relación el asesinado ganadero guajiro y los investigadores de la Dijín, hoy convertidos en investigados.

Las fuentes relataron que luego de contactar a Rodríguez, los efectivos de la Dijín buscaron a alias ‘La Penca’, José Carlos García Cataño, testigo protegido por sus declaraciones contra ‘Marquitos Figueroa‘. La Penca ha reconocido que fue él quien dio a los investigadores de la Dijín el número telefónico del Ñene para que lo investigaran, así como otros números de supuestos integrantes de una red de narcos, que resultaron ser de agentes de la Policía en el Valle del Cauca y por los cuales hoy están detenidos Tocarruncho y Velásquez.

Fue en esas interceptaciones que aparecieron las declaraciones del Ñeñe sobre la campaña de Iván Duque, hechas públicas al comienzo de este año. Asegura una de las fuentes que habló con Caracol, que ese hecho fue casi una casualidad, con la que ninguno de los implicados contaba. “Se les estalla la papa en la mano cuando ven que el tema no es ni el hijo de Rodríguez ni delitos de Marquitos, sino la campaña de Duque“.

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