La caza es una actividad practicada desde los albores de la humanidad…Desde cuando el hombre primitivo elaboró armas punzantes para acabar con la vida de sus propios congéneres y seres animados como los vertebrados, las aves y los peces, porque se aburrió de ser vegetariano y quiso probar con la carne tanto humana como de animales para nutrirse proteínicamente, rica fuente de energía y supervivencia.
Un debate se ha abierto en torno al fallo de la Corte Constitucional que acaba con la caza deportiva en Colombia, último rezago de una afición de nobles pero no tan noble, de humanos pero no tan humanos y de deportistas pero no tan deportivos. Esta horrorosa práctica, como lo son las corridas de toros y peleas de gallos y de perros, acaba de ratificarse como una de las conductas de maltrato animal rechazadas por la Constitución porque atenta contra un ser sintiente.-
Matar por satisfacción no puede ser un deporte…Implica el sufrimiento de un animal, de su pareja, de sus críos, de una familia animal…Hay una canción hermosa, sublime y estremecedora que empieza diciendo “Un cisne más blanco, que un copo de nieve… y termina con la tragedia de ser muerto por un cazador… Su pareja compungida se lanza del árbol y con las alas cubre su cuerpo inerte y muere con él, “porque el cazador también la mató”….Y para qué? Para trofeo, para un asado? Para dejar el cadáver tirado a merced de los depredadores?… Así, la fauna salvaje en gran parte está en extinción, muchas especies han sucumbido y no se verán nunca jamás por la mano impiadosa y criminal del hombre.
A pesar del limitado grupo de colombianos que cazan por deporte, esta práctica se permitía, pero no va más, o sea que deben liquidarse los Clubes de Caza, tiro y pesca y colgar los rifles y escopetas como recuerdo doloroso de la muerte de muchos animales…. Así lo determinó la Corte Constitucional al estudiar una demanda de Laura Juliana Santacoloma, una ambientalista que ya ha ganado batallas constitucionales sobre minería en Colombia y ahora en favor de los animales hace que se anulen varios artículos -del decreto 2811 de 1974 y apartes del Estatuto Nacional de Protección Animal (ley de 1989)-que mantenían viva la cacería con fines recreativos en Colombia.
“En estas condiciones, se hace respetar el derecho a la vida de seres sintientes como son los animales ante la arbitraria realización de gustos recreacionales del ser humano”…Deben estar venados, dantas, torcazas, pavas, guatines, chigüiros y tantos otros animales celebrando una necesaria y justa decisión.-
Hemberth Javith Paz Gómez